Estoy sin móvil y la nostalgia ha sido tal que me ha llevado a escribir esta entrada.
Mi primer móvil fue un Alcatel One Touch, qué maravilla de móvil para aquellos tiempos. Una antena discreta, tonos decentes, pantalla con dos líneas para escribir. Lo más divertido era ver que con una simple llamada perdida, podías mandar a tomar por saco el SMS que estaba redactando tu amigo desde otro Alcatel One Touch.
Pasó mucho tiempo hasta que una amiga me regaló el Nokia 3210. ¡¡Menuda bomba de móvil!! Pasé a tener el snake, eran pocas las viciadas. Un poco más tarde conseguí un Nokia 3410, snake, vibrador, juegos en java, la cosa empezaba a pintar interesante.
En el 2005 llegó el color con el Nokia 6600, alias el huevo. Conocí Symbian, empecé a instalar aplicaciones, traspaso de archivos por bluetooth e infrarrojos, etc. De todos los móviles que había tenido hasta el momento, creo que ese fue al que le saqué más partido.
Por septiembre del 2007, me pillé un iPhone en la Apple Store de la Quinta Avenida en Nueva York. Mi compañero de viaje se cabreó conmigo, me tomó por un loco! "Comprar un móvil tan caro, a quien se le ocurre...!" A estas alturas, cuando ya sabe perfectamente lo que es un iPhone no me dice lo mismo y se lastima de no haberse comprado uno.
El año pasado, influenciado por un compañero de trabajo, decido probar con RIM y me compré la BlackBerry Bold 9000. Lo menos que me gustó fue su interfaz gráfica, teclado y batería de lo mejor.
Con el nacimiento de Android, mi novia se compró un HTC Magic, tenía tan buena pinta que no pude resistirlo y me compré uno también. Creo que el único punto flojo ha sido el hardware. De resto ¡¡Genial!!
Dentro de dos días me paso de nuevo a BlackBerry, puede que vaya en contra del mercado actual pero me gusta mucho la BlackBerry 9700.
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