A las 6:30 de la mañana ya estábamos todos preparados en el Aeropuerto de Tenerife Norte para coger el vuelo hacia Madrid. En el control de seguridad cachearon a Jose, al parecer eran las botas que llevaba. El resto del vuelo sin problemas. Una vez en Madrid tuvimos que esperar dos horas y pico para coger el avión a New York.
Antes de embarcar, pasamos por una tienda a comprar un par de cosillas, éramos concientes de que íbamos a pasar ocho horas y media sentados en un avión.
No pudimos sentarnos los cuatro juntos, Carlos y Jose estaban un poco más atrás. Yo estaba sentado con Jay y al lado habían dos chicas que casualmente eran españolas pero vivían en Nueva York. Aprovechamos para sacarle un montón de información.
A falta de dos horas para llegar, empezaron las turbulencias. Anunciaron por megafonía que suspendían temporalmente la merienda. Luego me enteré que Carlos el pobre, pasó un mal vuelo y estuvo a punto de echar lo poco que tenia en el estómago. Por suerte, todo al final salió bien, merendamos y aterrizamos sin problemas.
Cogimos el AirTrain hasta Federal Circus para coger el coche. Podíamos elegir entre dos Chryslers y dos Dodge. Al final y gracias al examen técnico de Mr. Trata de arrancarlo Carlos!!! nos quedamos con un Chryslers de 7 plazas, dos pantallas LCD, DVD, tomas RCA traseras, cámara trasera para la marcha atrás, automático y secuencial de gasolina y una espátula que aun no sabemos para que sirve.
Ya con el GPS programado nos pusimos en marcha. Jay empezó conduciendo pero la nena se cansó demasiado rápido después de dos horas de camino. En el primer peaje nos metimos por un Easy Pass sin tener el “Easy Pass ese famoso” llegó un policía, se formó una cola detrás de nosotros y nos dejó pasar no sin antes echarle una bronquita a Jay por lo sucedido. Pit Stop y cambio de conductor. Me puse al volante con Carlos de copiloto y dos bellas durmientes detrás. Bella1 y Bella2.
Como iba conduciendo, decidí parar en el McDonals!! Me sorprendió que no se quejaran!! Será que tenían hambre!!
Tengo que reconocer que las indicaciones de Carlos no eran muy buenas, como consecuencia, nos saltamos dos peajes sin pagar. Bueno, a lo mejor la primera fue un fallo técnico y la segunda porque no me quise saltar una gran línea continua.
Según nuestro GPS ya habíamos llegado a nuestro destino después de cuatro horas y media pero allí no había nada parecido a un hotel. Fue Carlos el que se dio cuenta de que no era Boston sino Saugus y reprogramamos el GPS con la nueva dirección.
Al fin llegamos al Hotel, vimos la habitación y nos parecía un tanto pequeña para los cuatro y decidimos coger otra más.
… y a dormir. No dio tiempo para más. Es casi la una de la mañana, las seis en Canarias.
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